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Educar en la solidaridad

generosidad01Por Silvia del Valle.

 

Nuestro país está viviendo momentos muy difíciles ya que muchos estados están sufriendo los efectos de las aguas torrenciales que han caído en los últimos días.

Esto me puso a pensar que es muy importante educar a nuestros hijos en la solidaridad y en la caridad.

Estas son dos virtudes que deben regir nuestras vidas para hacer de nuestro país un México mejor por eso aquí les dejo 5 tips para inculcar la solidaridad en nuestros hijos desde muy pequeñitos.

PRIMERO. ENSEÑALOS A COMPARTIR SUS JUGUETES

Los niños pequeños deben hacer de esta actitud una virtud, ya que este es el principio de la solidaridad. Es decir, los estamos enseñando a ser desapegados de las cosas aunque estas nos sirvan.

Ser solidario es una actitud. Por eso a mis hijos, cuando estaban pequeños, les inculque el que prestarán el juguete que ellos estaban usando porque el otro tenía la necesidad de usarlo y después, que jugarán los dos sin enojos ni resentimientos.

SEGUNDO. UNA VEZ AL AÑO HAZ LIMPIEZA DEL CLOSET

Con esto no quiero decir que tiren a la basura lo que ya no les quede. Al contrario, debemos enseñar a nuestros hijos que la ropa debe estar en buen estado y lista para compartirla con los que no tienen.

Con mis hijos juntamos la ropa que ya no les va quedando y que está en buen estado y la donamos a una casa hogar que sostienen a 50 niños de diferentes edades. Ahora mis hijos cuidan más la ropa porque saben que después de que ya no les quede no irá a la basura sino que alguien la está esperando.

También hemos conocido a los niños de la casa hogar así mis hijos saben que ellos existen y que en verdad necesitan las ropas que a ellos ya no les quedan.

TERCERO. ENSEÑALOS A AHORRAR

Otra forma de ser solidario con los pobres es no desperdiciando la comida ya que alguien más lo necesita.

Debemos hacer conciencia a nuestros hijos de que lo que tenemos es nuestro siempre y cuando nos sea útil, pero también es de los demás y por lo mismo debemos guardar para compartir con los que no tienen.

Con mis hijos hemos llegado al acuerdo que ahora les sirvo porciones de comida menores y si quieren más, les vuelvo a servir. De esta forma hemos logrado ahorrar tanto en la cantidad de comida como en el dinero, ya que en lugar de comprar más, compro mejor.

También los he enseñado que cuando tocan a la puerta para pedir dinero, mejor les demos algo de fruta, así estamos compartiendo lo que tenemos con los que no tienen.

CUARTO. QUE SEAN SÓLIDARIOS HASTA EN LOS PEQUÑOS DETALLES

Claro, deben ser solidarios hasta con los demás miembros de la familia. Es en la familia donde debemos comenzar a practicar esta virtud.

¿Cómo? Si a uno de los hermanos le han dejado mucha tarea, que los demás que ya terminaron, apoyen al que no lo ha hecho.

Con mis hijos les hemos enseñado a que si alguno está enfermo, los demás deben buscar ayudarlo en las labores que le corresponden y sobre todo ver que no le haga falta agua o comida en caso de tener que estar en la cama.

 

La verdad es que si practicamos con los miembros de la familia, después nos será más fácil hacerlo con los más necesitados, porque habremos hecho de esta forma de actuar un estilo de vida.

Y QUINTO. PARTICIPA PARA SOLUCIONAR EL DESASTRE

A veces, como adultos, pensamos que las campañas de acopio de víveres son una farsa y por lo mismo nos negamos a participar, pero debemos hacer empatía con los que están en desgracia y participar junto con nuestros hijos, para ayudar a los que están sufriendo.

En esta situación en particular, gracias al internet y a los medios de comunicación, podemos ver la magnitud de la desgracia y por lo mismo debemos hacer conciencia en nuestros hijos de que la gente necesita de nuestra ayuda.

Nosotros, hemos decidido donar en familia alimentos, que no nos sobran, pero que con gusto damos para los que tienen menos que nosotros y que los necesitan más.

Es importante que nosotros pongamos el ejemplo a nuestros hijos de cómo vivir la solidaridad, ya que una palabra puede lograr mucho pero el ejemplo arrastra.

Y debemos recordar que dar, sin amor, no es solidaridad, es una simple donación. Para qué sea solidaridad debemos tener la actitud y el deseo de ayudar a los demás a solucionar sus problemas aunque sea poniendo nuestro granito de arena.