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Las revoluciones mundiales. Guía para entender los desmanes de hoy

Columna del 27 de noviembre

Las revoluciones mundiales. Guía para entender los desmanes de hoy

Jorge Miguel Ramírez Pérez jmramirez2019

 

Acaba de declarar ante estudiantes en Chile, el sociólogo Manuel Castells , que no hay porqué sorprenderse del fenómeno de masas exacerbadas que vandalizan Sudamérica; lo que se aplica también a México, con las desquiciadas que se autonombran feministas, poseídas de una rabia contra todo lo establecido, incluso destruyen monumentos y edificios con valor arquitectónico. Castells un teórico conocido de la información, dice que eso está pasando en todo el mundo. Habla de un derrumbamiento en la credibilidad de las instituciones políticas y en el debate de ideas; para él, la opción natural son los movimientos sociales; la masa anda buscando algo que no atinan a descifrar, pero que es síntoma de un hartazgo. No se puede decir mucho mas, afirma Castells.

Pero eso tampoco es nuevo, es efecto del reacomodo geopolítico y ha sucedido antes, no frecuentemente, eso sí.

¿Estamos ante una tercera Revolución Mundial?

Veamos el esquema.

Los análisis de Emmanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi, nos recuerdan que las transiciones geopolíticas como las que hemos tratado en las últimas entregas, conllevan eventos antisistémicos de amplias dimensiones: las "revoluciones mundiales". Verdaderas revoluciones destructivas, anárquicas, diferentes de otro tipo de conflictos en cuanto a las formas de conspiración y liderazgo. Han existido históricamente dos revoluciones mundiales que apuntalaron descontentos extremos:
La Revolución de 1848 y la Revolución de 1968.

La explosión de 1848 se circunscribió al mundo europeo, a las costas del Mediterráneo. Ese continente era el eje del poder global; ya que América tenía poco tiempo de independiente desde sus orígenes coloniales. Asia y África, eran todavía controlados por las potencias colonialistas; o estaban distantes de la economía-mundo, como China que permanecía en esa época, aislada. La abrieron más adelante los ingleses envileciendo a la población con el consumo de opio. De ese negocio, por cierto, surgió en 1865, The Hong Kong & Shanghái Banking Corporation, el famoso desde entonces: HSBC.

En 1848 fueron sin duda los efectos del despliegue industrial, los que causaron un desprendimiento de los nexos de la sociedad agraria, cuando se incrustó al surgimiento de la nueva sociedad industrial.

Las contrataciones masivas en las fábricas causaron que la gente del campo se topara con una vida cotidiana imposible, un ambiente hostil, como consta en los relatos de Charles Dickens o Los Miserables de Víctor Hugo. Era una vida espantosa; sin lugares donde vivir, siquiera pernoctar, sin zonas de aseo; sin alimentos que solamente en hambrunas cíclicas escaseaban en el campo; y sin servicios escolares para los niños, acostumbrados a un ambiente rural parroquial. Los nuevos obreros fueron desarraigados del estilo bucólico del campo, para ser insertados en fábricas, que eran tejabanes improvisados, sin pisos, lodazales, sin baños. Empeoraba, que no tenían reguladas las horas de trabajo que se podían prolongar 15 o 18 horas, a necesidad de la producción.

Esas condiciones ocasionaron el estallido, el mas famoso fue la Comuna de París; pero hubo otros estallidos, cientos de ellos alrededor de 1848, que incendiaron a Europa en una jornada de desquiciamiento, sin pies, ni cabeza. Solo destrucción por todos lados. Dice Wallerstein un izquierdista, pero estudioso, algo fuera de lo común; que esa tragedia de 1848 fue la que motivó a Marx a escribir por encargo de una revista, lo que después se conoció como el "Manifiesto Comunista". El tipo, estaba aterrado, acostumbrado a francachelas y burdeles, veía su mundo de diversión derrumbarse y al desastre, lo llamó: el fantasma del comunismo.

En 1968 sucedió algo parecido con los movimientos estudiantiles, no solo en París con Dani "El Rojo": Daniel Cohn Bendit, líder de La Sorbona; sino en la Universidad de Berkeley en Estados Unidos; en México en la UNAM y el IPN; en muchas universidades en el mundo. Hubo movimientos como "La Primavera de Praga" con participación de artistas y poetas como Havel Vaclav, que fue sofocada por tanques soviéticos contra el reformismo de Alexander Dubcek. La explosión del 68 fue apagada con violencia. Ese malestar fue esencialmente contra la autoridad. Contra "el establecimiento", el Stablishment, es decir el sistema en operación.

En ambas revoluciones el sistema produjo respuestas. Diecinueve años después de 1848, en 1867, el "Canciller de Hierro" Otto Von Bismarck; ofertó dos asuntos que transformaron la vida institucional sistémica: los derechos sociales, el Estado de bienestar, (Welfare State). Fue Alemania antes que cualquiera, la que los metió en su legislación; y no México, como vende el texto de leyendas gratuitas, que los incorporaron en nuestra Constitución en 1917, 40 años después.

La segunda oferta, fue garantizar que los izquierdismos podían llegar por la vía del voto. Desde entonces la Internacional Socialista, aceptó los medios electorales. Todos lo hicieron, menos el Partido Social Demócrata Ruso posteriormente con Lenin, un agente provocador al servicio del káiser; fue el único que no se plegó al acuerdo sistémico.

Las dos decisiones renovaron la fuerza del sistema y crearon nuevas instituciones políticas: los derechos sociales y los derechos electorales. Los antisistémicos claro que los aprobaron.

En el 68, las ofertas del sistema fueron parecidas: ampliar la incorporación de jóvenes y minorías al sistema electoral e impulsar una democratización forzada; que relevara los viejos autoritarismos y sus partidos. Como el PRI había varios, uno de ellos el partido que manejaba todo en Japón.

La segunda oferta fue quitarles el tema y la operación social a los estados-nación; se habilitaron nuevas instituciones internacionales, el FMI, el Banco de Reconstrucción y Fomento (BIRF) que manejó la reconstrucción en Europa, cambió su nombre al de Banco Mundial, una especie de "Secretariado Mundial de Bienestar"; para establecer las reglas uniformes de apoyo a los pobres, que los gobiernos tercermundistas tergiversaban por asistencialismos electorales. Nulificar esas prácticas, era el proyecto para implantar una democracia desde arriba.

Continuaremos...