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Breves del mundo 19/Febrero/2015

breves141031Pedro de Legarreta Lores

La batalla en Washington por el sucesor de Scalia en la Suprema Corte.- El fin de semana pasado murió el juez Antonin Scalia, quien había sido nombrado por Ronald Reagan y llevaba 30 años en la Suprema Corte, con una postura calificada como Conservadora por los analistas norteamericanos. Su muerte abre la necesidad de nombrar un sucesor, lo que Barack Obama se dispone a hacer, pero que el Senado, dominado por los Republicanos, pide que no se haga debido a que la actual administración está por terminar y sería prudente que al nuevo juez lo nombrara el nuevo presidente, al menos ese es su argumento. Esto ha abierto un nuevo frente de batalla en Washington entre el Presidente y el Senado, que no parece tener una solución pronta.

Petróleo, inflación y crisis.- En Venezuela esta semana subieron los precios de la gasolina por primera vez en 20 años, pero no es la única nación que enfrenta problemas financieros, económicos y cambiarios. Por hablar de una economía grande, Europa ha tenido un bimestre desastroso en el comportamiento financiero de las acciones de los bancos grandes y pequeños, dándose el caso de la pérdida del 10% del valor de las acciones del Deutsche Bank en solo unas horas, pero en Grecia las acciones bancarias han caído hasta 60% y en Asia los bancos japoneses han perdido 36%. Argentina además de devaluar su peso, decidió disminuir el impuesto denominado Ganancias para tratar de equilibrar un poco el ingreso familiar ante una pérdida del 34% en el poder adquisitivo y el rublo ruso por ejemplo ha perdido cerca del 20% de su valor frente al dólar norteamericano en un mercado altamente volátil. Los países productores de petróleo se debaten entre aumentar el precio del petróleo, lo que permitiría competir al petróleo de esquisto norteamericano (dañándolos gravemente en sus ventas) o seguir operando con bajos precios internacionales, en una clara estrategia perder-perder. Y en todo esto la sombra de la segunda economía mundial, China, desacelerándose y sin una perspectiva de un nuevo impulso a su crecimiento que apalanque el desarrollo y comercio internacionales.

Turquía y Rusia al borde de la confrontación.- La escalada verbal de los últimos días entre Turquía y Rusia hace temer un enfrentamiento militar entre ambos países, que ya luchan indirectamente en Siria, donde Moscú apoya al régimen de Damasco y Ankara a grupos rebeldes. El inicio en setiembre de los bombardeos aéreos de Rusia en Siria y los disparos de artillería turca contra combatientes kurdos sirios han originado ahora un nuevo enfrentamiento indirecto en la compleja guerra civil que tiene lugar en el país medio oriental. En el terreno, grupos rebeldes apoyados por Turquía intentan actualmente contener el avance de las tropas sirias apoyadas por Rusia. Los rusos también apoyan a los kurdos sirios. "Estamos en la antesala de un enfrentamiento. Ninguno tiene planeado atacar al otro, pero con tal concentración militar en el terreno e intereses tan divergentes, la casualidad puede ser determinante", dijo un analista conocedor de la zona en días recientes.

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Homilía en San Cristóbal: el reconocimiento de las etnias

tatic-franciscoAntonio Maza Pereda

La presencia del Papa en San Cristóbal de las Casas y, en particular, su misa con representantes de las etnias del Sureste de México y de Centroamérica tiene un acento diferente del que hay en otras presentaciones del Papa en esta visita. No en lo fundamental: el Papa viene a presentarnos otro aspecto de la Misericordia, en este caso, el del reconocimiento de las faltas y sanar al que ofendimos.

El trato con las etnias nunca ha sido fácil en nuestro país. La integración de nuestro país a través de una conquista militar y una colonización por una potencia mundial, crea tensiones que ya duran siglos y tienen consecuencias. En Chiapas, en particular, la integración de las etnias y el mestizaje no fueron tan amplios como en el resto del país.

La guerra de las castas, donde los mayas se levantaron contra los mestizos en Yucatán, tuvo efectos también entre los mayas de Chiapas. Una guerra de finales del siglo XIX, que duró más de 50 años y que generó aún más represión contra los "indígenas levantiscos".

Esa situación se expresó en distintos modos. La discriminación racial. La educación exclusiva en español que llevaba a entender mal su cultura y su modo de pensar. La idea de que blancos y mestizos eran "gente de razón" y, por consecuencia, los demás no lo eran. Cosas que no sólo ocurrieron en Chiapas, pero que ahí se agudizaron.

En Chiapas, por otro lado, el apoyo a los indígenas ha sido una de las tareas de la Iglesia local. Desde Cristóbal de las Casas, defensor de los indígenas, quien sostuvo el concepto más fundamental: que el indígena tiene un alma inmortal, tema que algunos negaban. Pasando por el tema de la erupción del volcán el Chichonal, donde los obispos influyeron en forma importante para que no se desmembraran las comunidades indígenas afectadas. Hasta los esfuerzos que continúan por el clero secular, el regular y muy diversas organizaciones católicas para apoyarlos, sin olvidar la mediación que se llevó a cabo durante el levantamiento del 1994 y muchos temas más.

El tema fundamental es la inculturación de la fe cristiana en estas etnias. Un tema en que, más que en conceptos, el Papa ha apoyado a través de símbolos. Iniciar la misa con un salmo en tzotzil. Las citas del Popol Vuh. Lecturas en las lenguas locales. El reconocimiento de su sufrimiento, parecido al del pueblo Judío en Egipto, el daño que se les ha hecho al despojarlos de sus tierras y darles pagos injustos por su trabajo. Y reconocer que, si se hace un serio examen de conciencia, hay que pedirles perdón.

Pero, el centro de la inculturación es más profundo. Cuando el Cristianismo se inculturó en la cultura greco-latina, no negó esa cultura. La asumió, aceptó sus valores legítimos y se enriqueció con ellos. Casi mil años después, cuando los santos Cirilo y Metodio inculturaron el catolicismo con la cultura eslava, no la negaron, sino que la asumieron.

Eso es lo que hace falta con las culturas indígenas de México. No se trata de castellanizarlos o mexicanizarlos. Hay que entender su cultura. ¿Sabemos algo de la cultura de los tzotziles, tzetzales, tojolabales o, si a esas vamos, la de los seris o de los rarámuri? ¿Nos interesamos siquiera en ellas? Por el hecho de ser pobres, con escasa educación formal, no nos parece que tengan algo en su cultura que pueda enriquecernos. Suponemos que les daremos algo superior a lo que tienen. Y no nos preocupa entender cómo son sus estructuras de valores, su estética, su música, sus costumbres.

Dijo el Papa que podemos aprender de ellos el modo como se relacionan con la tierra, como la respetan y la cuidan. ¿Será eso lo único que podemos aprender? Y ya que estamos en eso, ¿tenemos claro cuáles de nuestros rasgos culturales les puedan hacer daño y, de hecho, nos hacen daño a nosotros mismos? Sí, no basta con pedir perdón. Hay mucho más por hacer.

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El Papa en México

visitamx2Oscar Fidencio Ibañez

Doy gracias a Dios por estos primeros tres años de reflexión en este blog católico que han permitido compartir vivencias y pensamiento social cristiano.

El peregrino que ha venido desde Roma como profeta a denunciar injusticias, como sacerdote a presidir la oración y eucaristía de cada día, y como servidor de sus hermanos consolando, animando y enseñando a su paso por toda la geografía del país, nos ha dejado ya a la mitad de su viaje, material para comentar sus palabras durante varias semanas, y esa es mi intención, hoy empiezo por el mensaje en Palacio Nacional.

En ese lugar que simboliza el Poder Ejecutivo en México se encontraban, además del presidente y su gabinete, gobernadores, legisladores y ministros; otros líderes de las diversas expresiones políticas y sociales junto con algunos de sus familiares.

Desde el inicio de su mensaje, el Papa mostró el contenido guadalupano al afirmar que venía además de como misionero de misericordia y paz, también "como hijo que quiere rendir homenaje a su madre, la Virgen de Guadalupe, y dejarse mirar por ella". Ese deseo lo tuvo por la tarde al estar en oración a solas con la Virgen casi media hora.

El Papa invita a los mexicanos a valorar, estimular y cuidar la identidad que se ha gestado en la diversidad, con rasgos de multiculturalidad difíciles de encontrar y valorar. Hay aquí una primera tarea, la reflexión sobre la identidad propia que es rica y compleja.

Luego viene un profundo mensaje político alrededor de la necesidad de construir el bien común y de la posibilidad real de transformar a la Patria a partir de la riqueza de sus jóvenes. La denuncia profética es sobre la realidad que muchos de los presentes en el patio central del gobierno mexicano, han ayudado a construir con sus acciones u omisiones.

"La experiencia nos demuestra que, cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo", dijo el Papa.

La realidad más oscura de México fue descrita en un solo párrafo, y al mismo tiempo la esperanza apoyada en el compromiso de la juventud de sus habitantes mostraba la herramienta para el cambio: "Un pueblo con juventud es un pueblo capaz de renovarse, transformarse".

En el siguiente párrafo el Papa Francisco nuevamente apela a la identidad mexicana forjada en una historia, donde las peores situaciones se han remontado en el compromiso de hombres y mujeres que se han opuesto al individualismo "en la búsqueda del bien común y en la promoción de la dignidad de la persona".

Y llamó a los cristianos de este país "a la construcción de «una política auténticamente humana» (Gaudium et spes, 73) y una sociedad en la que nadie se sienta víctima de la cultura del descarte". Es curiosa la ingenuidad de muchos que llegaron a pensar que el Papa argentino no vendría a México a hablar con claridad.

Recordó a los dirigentes ahí presentes, que tenían una mayor responsabilidad en trabajar para que todos tengan "un acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz".

Y también afirmó que debe ser una labor compartida entre autoridades que hagan leyes buenas y gobiernen bien, y los ciudadanos que a través de su responsabilidad contribuyan al desarrollo nacional. Finalmente ofreció la colaboración de la Iglesia católica (entiéndase laicos y pastores) para la construcción de la civilización del amor.

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El Papa reconoce la riqueza de la cultura mexicana

visita-estadoJosé de Jesús Castellanos

El Papa Francisco fue recibido en Palacio Nacional. Un momento histórico, pues nunca un Pontífice de la Iglesia Católica había entrado y recibido oficialmente. Tuvo una reunión privada con el Presidente Enrique Peña Nieto. Al concluir le mostró los murales de Diego Rivera que entre sus figuras contiene no pocas imágenes contra la Iglesia. El mismo Palacio Nacional contiene mucha historia anticlerical de momentos hoy la superados. De ahí la trascendencia de ese encuentro.

En el evento de Palacio estuvo representado el mundo laico del país: funcionarios del Estado, políticos, empresarios, mundo de la cultura y representantes de otras iglesias.

El Presidente recogió en su mensaje no pocas expresiones de la encíclica Laudato si, del Papa Francisco. Fue un discurso conciliador del cual conviene rescatar la vinculación que el Presidente Peña hizo de dos conceptos que pareciera que en el pasado estuvieron en conflicto: Estado laico y libertad religiosa.

Todavía hasta las recientes reformas a la Constitución, en México se levantaron voces jacobinas, en foros en el Senado de la República, en las cuales se hicieron fuertes ataques a la Iglesia y a sus ministros, entre ellos al Cardenal Norberto Rivera, con odio poco disimulado. Voces que, en realidad, no eran expresión de laicidad sino de laicismo, entendido éste como una actitud antireligiosa. Por fortuna se impuso la cordura y hoy en México conviven las dos expresiones como cara de una misma moneda. Queda, sin embargo, pendiente de afinar la libertad religiosa, pues aún existen expresiones jurídicas y prácticas que no permiten que esa libertad sea plena.

Por su parte, el Papa Francisco reiteró la disposición, fundada en hechos históricos concretos, de "la colaboración de la Iglesia católica, que ha acompañado la vida de esta Nación y que renueva su compromiso y voluntad de servicio a la gran causa del hombre: la edificación de la civilización del amor".

Asumiéndose como Guadalupano, el Papa rindió homenaje al pueblo mexicano, del que señaló una identidad propia –negada por no pocos- con una riqueza cultural en la diversidad, que "no siempre fácil de encontrar y especialmente valorar". Una riqueza de multiculturalidad que el Papa Francisco la asume como parte de la biografía mexicana que, además de su ubicación geográfica, la hace referente en América. Esta identidad, invitó el Papa, debe valorarse, estimularse y ciudarse. A ella haría alusión más tarde ante los obispos.

La identidad de México, recordó el Papa, se ha forjado en duros y difíciles momentos de su historia por grandes testimonios de ciudadanos que han comprendido que, para poder superar las situaciones nacidas de la cerrazón del individualismo, era necesario el acuerdo de las Instituciones políticas, sociales y de mercado, y de todos los hombres y mujeres que se comprometen en la búsqueda del bien común y en la promoción de la dignidad de la persona.
Aquí hizo alusión, sin duda, a las guerras fratricidas, el monopolio político y jurídico de la vida de México por parte de un grupo que hizo del Estado su patrimonio, y que requirieron y requieren todavía acuerdos en diversos temas en torno a la dignidad de la persona, como es el caso de la familia y la defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte natural.

El Papa ha reconocido a México como una nación con futuro esperanzador porque es rica en juventud. Pero no dejó de poner un dedo en la llaga al indicar que esa esperanza se funda en el presente con "hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común, este «bien común» que en este siglo XXI no goza de buen mercado". Y es que la búsqueda del privilegio o beneficio de unos pocos, en detrimento de todos, lleva a la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo.
Si alguien pensó que sería políticamente correcto y no haría alusión a los temas de corrupción, violencia, tráfico de personas, secuestros, asesinatos que hoy brotan por todo el país, se equivocó. No los silenció, no ofendió y agredió, pero en sus palabras enunció la raíz del problema. Pero también la solución: una política auténticamente humana y una sociedad que como él dice, acoja a todos para que nadie sea víctima de "la cultura del descarte".
A los políticos y dirigentes sociales les dejó tarea: ofrecer a todos los mexicanos la oportunidad de ser actores de su propio destino allí donde se desarrolla la sociabilidad humana, ayudando al acceso de los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz.

Pero también dejó tarea a la sociedad, recordando que esto no se logra sólo con la actualización o mejora de las leyes, sino en la responsabilidad de cada uno y la corresponsabilidad con los demás en la causa común del desarrollo, a fin de construir "la civilización del amor".
Con sencillez, así habló el Papa a todos los mexicanos desde el centro de México, el Palacio Nacional. Nos corresponde a todos, ahora, atender el exhorto y responder en consecuencia.

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